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En el aspecto material, tengo poco que dar, jamás conferí demasiado valor a mis vienes materiales, no desperdicie mi vida reuniendo vienes materiales, no sufrí insomnio intentando conservar lo que ya tenía ni intentando conseguir aquello de lo que me encaprichaba. No tengo nada valioso que dejaros, excepto mi valor, mi amor y mi fe, eso es lo que lego a aquellos que me amaron.

A ti te pido mi amor, que me recuerdes siempre, pero no lamentes jamás mi partida, durante demasiado tiempo, durante toda mi vida he procurado ser un consuelo en los tiempos difíciles y una alegría mas en los tiempos de felicidad para todos.

Ahora que ya no me quedan fuerzas, que mi cuerpo falla, siento que la vida me castiga por quedarme aquí más tiempo del que me toca. Debo despedirme antes de ser una carga para mi misma y para los que me aman, es una pena dejaros, pero no temo a la muerte, la acepto, es parte de la vida y además ¿Quién puede saber lo que nos espera en ese misterioso lugar?

Junto con los que ya partieron, me gustaría encontrarme en un paraíso, donde siempre se es joven, donde jamás llega a ti la desesperanza o la soledad, donde reunirte con aquellos que tanto amaste en tiempos pasados a esperar tranquilamente la llegada de los que dejaste atrás…

Pero temo que es demasiado pedir, hasta para alguien como yo, pero por lo menos estoy segura de la paz que voy a encontrar. Quiero también hacer una ultima petición, mi vida te he escuchado decir que cuando yo muera no volverás a tener otro amor, y por lo que me as amado yo te pido que tengas otro, no tenerlo de nuevo sería un tributo muy pobre a mi memoria.

Me gustaría sentir que habiéndome tenido ya no podrá vivir sin un amor. A ella le dejo todo lo que tuve, mis humildes joyas, mis canciones y una última palabra de despedida, siempre que paséis por mi tumba pensad con felicidad: Aquí yace aquella que nos amó